LA VIOLENCIA SE APODERÓ DEL PARLAMENTO

Tensa y frágil es la dupla que define hoy día la situación política que vive Venezuela, la rivalidad por el poder y los ideales extremistas conllevan a olvidar el rol para el que fueron elegidos los encargados de discutir y aprobar leyes que beneficien al pueblo.

Así lo demuestra el penoso episodio ocurrido en el hemiciclo de la Asamblea Nacional (AN), el pasado martes cuando una trifulca fue la protagonista en la agenda parlamentaria.

Al parecer los legisladores de ambas bancadas enfrentadas por las diferencias políticas olvidaron su carácter de servidores públicos, desbarrancando estrepitosamente su responsabilidad de ser representantes del pueblo el mismo que los elige por voto libre y secreto.

Entre las funciones de los que ocupan cada uno de los cureles del Parlamento venezolano se encuentra el legislar, para defender y proteger a los ciudadanos con leyes que salvaguarden sus vidas y sus bienes, actividad que dejaron de lado para hacer del hemiciclo un lugar de batalla campal, donde la razón brilla por su ausencia.

Luego de la vergonzosa y brutal situación suscitada en la Asamblea Nacional, ambas bancadas declararon a los medios de comunicación sus posiciones, el “Egocentrismo” fue el protagonista, no hubo palabras para un pueblo que solo espera que sus dirigentes trabajen para progresar en paz, la balanza sigue inclinada hacia intereses de grupos que quizás nunca piensen en los ciudadanos, como la fuerza más poderosa para mover un país.

Los discursos siguen la línea del enfrentamiento, aún no se han escuchado propuestas para la reconciliación y proponer estrategias que beneficien al soberano, el pueblo espera por una salida pacifica al conflicto político que vive el país, luego de unas muy controversiales elecciones presidenciales el pasado 14 de abril.