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martes, 19 de junio de 2012


¿Son seguros los suplementos de calcio?


Las necesidades de calcio varían según la edad

Esto es algo conocido desde hace mucho tiempo. Y lógico, si pensamos que en determinadas etapas, no sólo se trata de mantener los huesos que tenemos, sino de aumentarlos de tamaño y cantidad.
Las recomendaciones diarias de ingesta de calcio son, aproximadamente, las que siguen:
  • Mujeres entre 11 y 18 años: 800 mg al día.
  • Hombres entre 11 y 18 años: 1000 mg al día.
  • Hombres y mujeres por encima de los 19 años: 700 mg al día.
  • Mujeres, en cualquier fase, que además estén dando lactancia materna: Añadir 550 mg de calcio al día.
Son datos del Reino Unido. Para nosotros no han de variar demasiado los requerimientos. Y si repasamos la cantidad de calcio que tienen los alimentos que consumimos habitualmente, veremos que, en muchas ocasiones, se requiere algún tipo de suplemento.

¿Qué nos puede pasar si nos pasamos de calcio ingerido?

Varios son los efectos que se han constatado en estudios realizados a tal efecto. En especial, dos: Uno inesperado (la aparición de un aumento del riesgo de fracturas de cadera); y el otro, más llamativo (la asociación entre un exceso de aporte de calcio y la aparición de infartos de miocardio y otros eventos cardiovasculares). Vamos a explicar todo esto:
  • Aumento del riesgo de fracturas de cadera: Dos estudios realizados en 2006 (el de Prince, y publicado en Arch Int Med), y en 2007 (el de Bischoff-Ferrari HA, publicado en Am J Clin Nutr.) sugerían un aumento del riesgo de padecer una fractura de cadera en personas que tomaban suplementos de calcio. Una contradicción aparente, si tenemos en cuenta que, precisamente, lo que pretendemos es disminuir el riesgo de osteoporosis, como paso previo necesario a disminuir la cantidad de fracturas en los grupos de edad mayores.
  • Aumento del riesgo cardiovascular: Puesto en evidencia por un estudio realizado por Bolland MJ et al. y publicado en el BMJ en 2008. Al parecer, el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio aumentaba al doble (algo más, en realidad) ante un exceso de ingesta de calcio suplementario. Y no sólo se evaluó el infarto, sino también la muerte súbita o el ictus; y estos tres parámetros estaban relacionados con el exceso en la ingesta de calcio.

¿Cuál es la recomendación que se extrae de estos datos?

Básicamente, que no hemos de obsesionarnos con la toma de calcio. Conviene conocer los alimentos que ingerimos habitualmente, y saber el contenido de calcio que aportan. Y tomar suplementos, únicamente, si no podemos obtener el calcio por ninguna otra vía. Como vemos, el exceso no es saludable, en este caso.

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